Sí, hace ya años recuerdo que, sobre todo los domingos y días festivos, los curas en las iglesias, en la celebración de la santa misa, aprovechando el momento del sermón, subidos al púlpito, hablarnos de cielos e infiernos, recompensas y castigos, mandamientos y deberes, etc., en definitiva, cuestiones que nada tenían que ver con nuestra realidad diaria, y que servían para evadirnos de problemas y preocupaciones completamente reales.
Hoy en día esta función de entretenimiento y evasión ya no la realiza la iglesia o la religión en general, se entiende que, por falta de oficiantes y afición, por falta en definitiva de fe. En la actualidad el metaverso reparador lo crean políticos y periodistas asociados en esta necesaria labor de adormecer y nublar la libre opinión pública con artimañas de medio noticias, medio verdades falsas, mentiras verdaderas, mundos para-lelos y en definitiva fake news como reza el anglicismo. Una de los métodos más usuales para llevar esto a cabo es la creación de problemas inexistentes por medio de frases tan populares como: “La España vaciada”, “Cambio climático”, “Calentamiento global” y un largo etc. Consideraciones de este tipo se repiten como un mantra en mítines, conferencias, tertulias, informativos y telediarios de tal forma que constituyen un tupido velo sobre toda una serie de cuestiones completamente reales y acuciantes como son, por ejemplo, la asistencia sanitaria pública, el siempre defectuoso sistema educativo, el uso y abuso del agua en sistemas de riego completamente obsoletos, ocupaciones salvajes de viviendas ajenas, etc.
Por concretar, la cuestión de “La España vaciada”, no constituye ningún tipo de problema en la sociedad actual, es una situación que se explica de forma sencilla desde un punto de vista económico, ya que la población se mueve o distribuye geográficamente en función de los distintos sistemas de producción. El medio rural se ha basado tradicionalmente en dos pilares fundamentales que son la agricultura y la ganadería. ¿Por qué hace años existía una nutrida población rural?, muy sencillo, un agricultor y su familia vivía, por ejemplo, con una explotación de 60 has., un ganadero y su familia vivía con 150 ovejas o 15 vacas, y en cada pueblo había una media de 25 agricultores y otros tantos ganaderos, agricultores y ganaderos que requerían servicios y de oficios como herrero, panadero, barbero, carpintero, maestro, médico, zapatero, y sobre todo, al menos un sacerdote que confortara cada domingo y fiestas de guardar con sus historias de más allá del bien y del mal a todos ellos desde su pantalla-púlpito. Hoy en día, como bien sabemos, donde había 25 agricultores de 60 has., hay 4 agricultores de 240 has., y la misma o peor proporción corren los ganaderos. Detrás de la caída de estos dos pilares (Agricultura/Ganadería) el castillo de naipes se viene literalmente abajo y no hay servicio ni oficio que se sostenga de la nada. Acto seguido, tanto agricultor como ganadero con sus respectivas familias se van a vivir a la ciudad más próxima donde tienen al alcance de la mano todos los servicios perdidos en el medio rural y ellos se desplazan cada día a sus explotaciones sin mayor problema.
Esta y no otra es la realidad que se está dando en el medio rural, dicho de otra forma, este es el grandísimo problema que políticos y periodistas airean en sus discursos e informativos, “La España vaciada”, y por si esta pantomima no fuera suficiente, tras el problema viene la solución. “Fijar población en el medio rural” (otra frasecita de moda). La traducción de esta solución es muy sencilla, se invierten nuestros dineros, previamente recaudados es múltiples impuestos, en la creación de parques infantiles para niños inexistentes, construcción de frontones y pistas de pádel para una juventud fantasma, etc. Con la ayuda de estos nuevos magos de las ideas y la información no solo creamos un problema que no existe, sino que incluso damos la supuesta solución.
Políticos, periodistas y demás gente trabajadora y ocupada en el bienestar público, enhorabuena y muchas gracias por todo, qué sería de nosotros aquí, en el medio rural, sin vuestras ocurrencia y buena fe.