A la hora de analizar un producto no todo se reduce a la tasación de la cosecha, antes de llegar ahí está todo, o dicho de otra forma, hay que analizar la rentabilidad del cultivo, lo cual conlleva a un examen pormenorizado de todos los aspectos que componen el desarrollo del cultivo. No podemos conformarnos con comentar únicamente la anécdota de la producción sin tener en cuenta lo que verdaderamente importa.
La importancia de sembrar girasol se hace evidente en cuanto enumeremos y consideremos algunas de sus ventajas:
Para realizar una siembra con garantías de girasol lo primero a tener en cuenta es la preparación del terreno. El girasol a diferencia de otros cultivos (cereales, vezas, etc.) precisa de una labor de arado en invierno, si no se hace así, mal empezamos, ya que está más que demostrado que la siembra directa o de mínimo laboreo no es viable en girasol .La cuestión de tener que arar para sembrar girasol es una gran ventaja, ya que la siembra directa o de mínimo laboreo in infinitum es insostenible y anti rentable.
El hecho de que la temporada de siembra del girasol sea primavera no deja de ser también una gran ventaja para el control de malas hierbas resistentes, hierba como vallico, bromo, amapola, etc., que tienen su germinación en otoño/invierno, son perfectamente controladas con una simple labor de arado y un pase de herbicida total antes de la siembra.
Otra ventaja que se presenta con la siembra de girasol es la cuestión del abonado del cultivo, frente a las necesidades de un cereal cualquiera que requiere la aportación de un complejo en sementera más un nitrogenado en cobertera, el girasol no necesita para nada el nitrogenado, y en cuanto al complejo, la práctica habitual es que no se realiza aportación ninguna a no ser en las parcelas de regadío. En este caso el no tirar si supone un verdadero ahorro.
En cuanto a los fitosanitarios (sobre todo herbicidas), también nos encontramos en una situación favorable respecto a cualquier cereal, frente a la escasez evidente de herbicidas eficaces en el cereal, en girasol ocurre todo lo contrario ya que en todas sus versiones: Tradicional, express sx o clearfield existen herbicidas perfectamente eficaces y con un coste por hectárea muy razonable.
Por otra parte, el girasol es un cultivo que salvado el escollo de la nascencia, no necesita de grandes cuidados, incluso es muy poco exigente con los condiciones meteorológicas, aguantando mucho mejor que un cereal los épocas de sequía, gracias a su raíz pivotante, aunque claro está, mejor es que llueva un poco a tiempo.
Al cosecharse a finales de verano o en otoño, no se junta con la cosecha de cereal, evitando una sobrecarga de labores y proporcionando un reparto más racional del trabajo.
Según tendencia y demanda de mercado, tenemos la opción de sembrar variedades linoléicas o altoléicas.
Por último, tener en cuenta las bondades que deja el rastrojo del cultivo de girasol, me refiero al arado natural que este cultivo realiza en la parcela gracias a su raíz pivotante. Debido a ello, con una mínima labor o directamente con siembra directa podemos proceder a la siembra de un cereal de otoño/invierno.
En definitiva, sembrar girasol es importante, o mejor deberíamos decir rentable, incluso en parcelas poco propicias para ello. Antes de juzgar un cultivo precipitadamente, debemos tener en cuenta los aspectos que acabamos de considerar aquí; y a la cosecha propiamente dicha de girasol, ir sumando las ventajas y excelencias que acabamos de enumerar. Sembrar girasol es importante, pero sobre todo, rentable.